Descripción
Se piden tres monedas que se introducen en un estuche de plástico. Se pone una hoja de papel encima de las monedas y se cierra el estuche. Se pide entonces un lápiz o un bolígrafo y, milagro, éste atraviesa las monedas una tras otra.
Se retira el lápiz y se quita lentamente la hojita que está ahora agujereada y se ven muy bien las monedas en el lugar exacto por donde pasó el lápiz hace unos segundos.
Se puede dar el estuche a examinar.
Se puede también dar a examinar el lápiz y la hoja de papel agujereada, prueba, por si faltaba, que el lápiz pasó exactamente por ahí.
Se retira el lápiz y se quita lentamente la hojita que está ahora agujereada y se ven muy bien las monedas en el lugar exacto por donde pasó el lápiz hace unos segundos.
Se puede dar el estuche a examinar.
Se puede también dar a examinar el lápiz y la hoja de papel agujereada, prueba, por si faltaba, que el lápiz pasó exactamente por ahí.